Resumen:
Introducción y objetivos: La bacteriemia neumocócica puede ocurrir como resultado de una neumonía neumocócica o en su ausencia. Antes del uso generalizado de antibióticos, la pericarditis purulenta era una complicación frecuente de la neumonía neumocócica. En la actualidad, la mayoría de los casos de pericarditis purulenta se asocian con infecciones nosocomiales, cirugías torácicas o inmunodepresión. En la práctica moderna, la pericarditis purulenta es relativamente poco frecuente. En una revisión retrospectiva realizada en España entre 1972 y 1991, solo se observaron 33 casos en una población hospitalizada de 593.600; el diagnóstico no se estableció hasta la autopsia en 14 de estos casos. Por lo expuesto, considerando al neumococo un microorganismo prevalente y sumamente agresivo, compartiremos un caso clínico representativo de tal situación.
Resultados: Paciente de 53 años, con diagnóstico reciente de DBT, quien presenta neumonía bacteriémica por neumococo complicada con derrame pericárdico severo; se drena quirúrgicamente, evacuándose 600 ml de líquido purulento y obteniéndose muestra de pericardio que arroja como resultado pericarditis aguda por anatomía patológica. Evoluciona con shock refractario y fallo multiorgánico, requiriendo hemodiálisis por anuria. Pese al tratamiento de sostén y etiológico, presenta mala evolución desencadenando en su fallecimiento.
Conclusiones: Ante la evolución tórpida de una neumonía bacteriémica por neumococo, debemos sospechar la afectación de diferentes órganos blanco como complicación de la misma, teniendo en cuenta la necesidad de evacuar todo aquel líquido coleccionado sospechoso de ser un foco no drenado. La pericarditis purulenta es una entidad grave y que requiere rápida resolución, pese a lo cual presenta alta mortalidad, pudiendo evolucionar a shock séptico o secundario al taponamiento cardíaco. Ante la falla renal en el contexto de daño multiorgánico ocasionado por el shock, con requerimiento de terapia de reemplazo renal, es importante recordar que la hemodiálisis intermitente debe ser prolongada, aún mas teniendo en cuenta la inestabilidad hemodinámica presente en estos casos.