Resumen:
En 1950 Hufnagel y colaboradores comunicaron el primer caso exitoso de implante quirúrgico de una válvula aórtica. Colocaron la válvula en la aorta descendente en un paciente con insuficiencia aórtica. Esta inserción no requirió paro cardíaco, ni circulación extracorpórea, métodos que no existían en aquella época.
El reemplazo valvular aórtico por vía percutánea nos ofrece la oportunidad de tratar pacientes que eran, por su alto riesgo y alta mortalidad quirúrgica, rechazados de la cirugía